Plaguicidas: Son las sustancias que utilizamos para evitar que las plagas afecten a nuestros cultivos. Los plaguicidas deben manejarse con cuidado y además utilizar equipo de protección adecuado. Comúnmente son conocidos como:
- Fungicidas: para el control de enfermedades causadas por hongos.
- Herbicidas: para el control de malezas.
- Insecticidas: para el control de insectos.
- Acaricidas: empleados para repeler ácaros, por ejemplo las garrapatas.
- Nematicidas: para matar a nemátodos parásitos de las plantas y a los gusanos del suelo.
- Otros: bactericidas, defoliantes, etc.
Fertilizantes: sustancias incorporadas para incorporar nutrientes al suelo.
CLASIFICACIÓN TOXICOLÓGICA:
Los plaguicidas están hechos para ayudarnos a bajar costos de producción, pero las personas que no los usan de manera correcta pueden sufrir una intoxicación. Los plaguicidas se clasifican de acuerdo al daño que causan a la salud, con bandas de colores que aparecen en la etiqueta de los productos.
Además, es importante conocer el estado físico (líquido, sólido, gas, vapor) en que se usa el plaguicida, el equipo aplicador (mochila, pulverizadora, aeroaplicación, generador de nieblas) y el ambiente donde se aplica (campo abierto, monte frutal, galpón).
Partiendo del verde hasta el rojo van aumentando los riesgos.
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